Hace tiempo decidí visitar el estado de Chiapas porque quería vencer el miedo de viajar sola hacia un lugar que sólo conocía por voces, imágenes, libros y videos. Pensé: este reto cambiará mi vida. Y así fue, pues conocí mi lado valiente como mujer, viajera y emprendedora; características que comparten muchas personas de dicho estado. A continuación les relato una parte de mi experiencia.
Del aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez a San Cristóbal de las Casas es casi una hora manejando, en ese momento sólo pensaba en regresarme y tomar el primer vuelo a Dallas, Texas, pues tenía miedo de estar “sola” en Chiapas, tierra fundada por Diego Mazariegos. Cuando emprendí mi aventura me di cuenta de muchas cosas, pues vivir y experimentar Chiapas abrió mi mente de manera distinta. Me conectó con su gente, su cultura y su belleza natural. Las autoridades mexicanas consideran a Chiapas el estado más pobre de México, sin embargo, la grandeza de su naturaleza y la belleza de las personas hicieron que apreciara este lugar como uno de los más ricos del mundo: gente trabajadora,pacífica y acogedora, pero también luchadora cuando se trata de defender su cultura y sus derechos. Se por medio de algunas fuentes que Chiapas tiene más de 20 grupos étnicos, que la gente sigue viviendo en la selva y que más del 70% de los niños no asisten a la escuela, no obstante, la educación de familia se refleja en las personas por la tradición, consejos, y enseñanzas de ambos padres.
Aparte de la gastronomía y los paisajes, los Chiapanecos tienen una forma muy creativa de distinguirse entre grupos. A muchos se les reconoce de qué pueblo son simplemente por su vestimenta. Por ejemplo, cuando visité Zinacantán, vi en sus textiles la armonía y belleza de las flores y pienso que esto se debe a que una de las actividades económicas que sostiene a muchas familias es la siembra de flores, hermosas como las almas de sus habitantes y valiosas como el talento de los artesanos y artesanas. Otros lugares que visité fueron San Juan Chamula, Chiapas de Corzo, El Cañón del Sumidero, Agua Azul, Cascadas El Chiflón y Misol-Ha; me fascinó mucho la limpieza y la claridad de sus aguas. Palenque me pareció un lugar mágico en medio de la selva con pirámides construidas por los mayas; arquitectura que demuestra grandeza, simbolismos difíciles de descifrar e historias que guardan secretos de su grandeza cultural, pues se dice que el 80 % de Palenque aún está en el interior de la selva, esperando al viajero, historiador, o arqueólogo que lo descubra.
Me queda mucho por conocer pero lo poco que pude apreciar cambió mi vida. Las experiencias vividas en estos hermosos lugares siempre las tendré en mi corazón y en mi mente ¡Gracias por todo, Chiapas!
Por Melissa Mejia
Fundadora de Cielito Lindo By MM
Apasionada por el emprendimiento, las artesanías mexicanas y el desarrollo de la educación.
